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martes, 26 de enero de 2016

Demasiado grande



Una noche más en la que Mónica y yo decidimos pasarnos por el club de intercambio en busca de alguna aventura. Estuvimos un rato tomando una copa en el salón, observando al resto de parejas que habían ido a añadir un poco de picante a aquella noche, y comentando sobre ellas. Aun no habíamos decidido con quién hablar cuando entró otra pareja. Mis ojos brillaron al ver aparecer a una mujer que deseaba profundamente. Tenía un cuerpo tremendo y era guapísima. Ya la había visto desnuda en alguna fiesta del local, e incluso follando, pero nunca había tenido el placer de disfrutarla por mí mismo. Es algo que deseaba desde hacía mucho tiempo. Era una pareja poco asidua, aparecían en el club muy pocas veces. Cuando lo hacían, eran una pareja muy cotizada, ya que todos querían disfrutar de aquella belleza, incluso otras mujeres. Llevaban mucho tiempo sin volver al club y hoy por fin volvían a dejarse ver.

Insistí a Mónica en que hablaramos con ellos. El hombre no tenía ningún atractivo especial, pero destacaba por ser alto y grande, con el pelo largo, cayendo a la altura de los hombros. A Mónica no le desagradó y aceptó, también por hacerme el favor al verme tan entusiasmado. Dejamos algo de tiempo para que se aclimataran al lugar y se pidieran algo de beber, pero enseguida nos acercamos a hablarles para que no se nos adelantara otra pareja. Empezamos hablando los cuatro pero poco a poco se fueron formando dos conversaciones paralelas, Mónica con el otro hombre y yo con la mujer. Nos entendíamos. Había feeling entre las parejas.

Mónica es una chica bastante atractiva, por lo que el hombre no tardó en dejar caer sus intenciones con delicadeza. Los dos se levantaron y pusieron rumbo al pasillo por el que se entraban a las distintas habitaciones para uso de miembros del club. Cinco minutos después la preciosa mujer y yo hacíamos lo mismo.